El Drive de Cartier Fases de la Luna de Cartier ofrece algo refrescantemente diferente: elegancia discreta con profundidad mecánica en un mundo en el que muchos relojes de lujo luchan por llamar la atención con diseños estridentes y cajas sobredimensionadas. Es un reloj que habla en voz baja pero con una presencia inconfundible. Una caja distintiva que marca la pauta Lo primero que llama la atención es la caja en forma de cojín. No es redonda ni cuadrada, sino algo intermedio, refinado, arquitectónico y único de Cartier. A diferencia de los diseños tradicionales, esta forma ofrece equilibrio y carácter sin resultar voluminosa ni experimental. Las suaves curvas y los ángulos precisos confieren a la caja un carácter escultórico que se adapta perfectamente a la forma del reloj.